RIMA LXIII

 

Como enjambre de abejas irritadas,

de un obscuro rincón de la memoria

salen a perseguirnos los recuerdos

de las pasadas horas.

 

Yo los quiero ahuyentar. ¡Esfuerzo tan inútil!

Me rodean, me acosan,

y unos tras otros a clavarme vienen

el agudo aguijón que el alma encona.